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Conceptos básicos para pacientes con Insuficiencia Cardíaca

¿Qué es la Insuficiencia Cardíaca (IC) ?

La IC es una enfermedad que aparece cuando el corazón es incapaz de expulsar adecuadamente la sangre que le llega en cada latido. Es decir, nuestro corazón tiene dificultades para hacer llegar la sangre a todos los órganos y partes de nuestro cuerpo en cantidad suficiente. Como consecuencia, las personas se sienten débiles, cansadas o tienen dificultad para respirar. Las actividades diarias, como caminar, subir escaleras, cargar la compra, etc... pueden ser difíciles de realizar.

La IC suele aparecer en la evolución de diferentes enfermedades como son la cardiopatía isquémica (infarto agudo de miocardio, angina de pecho), la hipertensión arterial, las enfermedades de las válvulas cardíacas, las enfermedades del músculo cardíaco (miocardiopatías), las enfermedades congénitas del corazón, la diabetes, el consumo excesivo de alcohol, determinado fármacos o la enfermedad pulmonar crónica.

¿Puede curarse la IC?

Si bien en la mayoria de ocasiones la IC no se pueden curar, si que puede tratar de forma efectiva, de manera que podemos mejorar los síntomas y la calidad de vida, así como enlentecer la progresión de la enfermedad y mejorar el pronóstico. Podemos controlar la enfermedad y mejorar los síntomas mediante el uso de medicamentos y llevando una vida saludable para el corazón, es decir, con buenos hábitos de vida. Hemos de aprender a convivir con la enfermedad, tanto nosotros como nuestra familia y amigos.

¿ Cómo puedo ayudar a mejorar mi estado de salud?

El tratamiento de la IC se basa en:

  • Tomar toda la medicación

  • Hacer autocontroles y estar atento a la aparición de síntomas/signos de empeoramiento.

  • Hacer cambios en los hábitos diarios.

¿Qué cambios en los hábitos diarios he de hacer?

  • Suprimir el tabaco, perder peso si es necesario y hacer ejercicio.

  • Suprimir el consumo de alcohol o limitarlo a una bebida 2-3 veces por semana, cuando el medico lo autorice. La IC requiere limitar las bebidas con alcohol, ya que el alcohol disminuye la capacidad del corazón para contraerse. Si nuestra cardiopatia se debe al alcohol, hemos de abandonarlo del todo.

  • Suprimir o limitar la cafeína. El café, el té, la soda, las colas o algunas gaseosas contienen cafeína. Es mejor sustituirlos por bebidas descafeinadas o, mucho mejor, por zumos de frutas naturales.

  • Seguir una dieta baja en grasas.

  • Limitar el consumo de sodio (hacer una dieta baja en sal).

  • Las bebidas con gas contienen sal. Es mejor sustituirlos por bebidas sin gas. Los zumos de fruta preparados también pueden contener sal. Es mejor beber zumos frescos.

La dieta en IC

La IC requiere una atención especial a la dieta ya que hemos de controlar la sal y las grasas saturadas, básicamente el colesterol (que están en los huevos, la leche entera, los quesos...)

La sal (sodio) favorece la retención de líquidos; por tanto, a mayor cantidad de sal, mayor cantidad de líquidos se acumularán en el organismo. Para bombear estos líquidos “adicionales”, el corazón ha de trabajar más fuerte y rápido, y el corazón de las personas con IC no puede hacerlo correctamente. Como consecuencia, pueden aparecer edemas (hinchazón) y ahogo.

Las grasas saturadas (colesterol y grasas animales), tienen una afinidad especial para depositarse en las paredes de las arterias, provocando lesiones que pueden obstruir el paso de la sangre, y empeorar el funcionamiento del corazón.

¿Qué cantidad de sal puedo tomar?

En nuestro país estamos acostumbrados a salar todo o casi todo lo que cocinamos. Hemos de cambiar de forma gradual este hábito y conseguir limitar el consumo de sal al equivalente de una cucharadita de café al día.

¿Qué cantidad de líquido se puede beber?

En general, conviene no beber más de 1,5 – 2 litros diarios. En esta cantidad no se puede olvidar contar las bebidas que se toman con la medicación ni otros alimentos líquidos o semilíquidos (sopa, helados gelatinas o frutas). Si el médico no nos dice lo contrario, no hace falta hacer una restricción estricta de líquidos.

Cuando se padece IC, se pueden retener líquidos de forma excesiva. Muchas veces habrá que tomar diuréticos para eliminar la cantidad “adicional” de agua y sodio y así reducir el esfuerzo del corazón. No hemos de sustituir el líquido que los diuréticos intentan eliminar. Cuando tenemos la sensación de sed, nuestro cuerpo no necesariamente necesita líquidos.

¿Es aconsejable hacer ejercicio?

En términos generales, es más conveniente que los pacientes con IC se mantengan activos, excepto en situaciones de descompensación. Es recomendable hacer ejercicios aeróbicos moderados (caminar, nadar o ir en bicicleta).

  • Comenzar poco a poco. Augmentar la actividad hasta 30 minutos 3-4 veces por semana.

  • Beber un poco de agua antes y después del ejercicio.

  • Debe evitar

    - Aquellas actividades que le provoquen dolor torácico, disnea (ahogo) o mareo. Si apareciera alguno de estos síntomas mientras realiza ejercicio, párese inmediatamente.

  • Hacer ejercicio después de las comidas o cuando no se encuentre bien. Tampoco conviene realizarlo en momento de excesivo calor o frío.

  • Practicar ejercicios que requieran aguantar la respiración, agacharse, hacer cambios bruscos de actividad o levantar objetos pesados. No es aconsejable practicar deporte de competición o de contacto físico.

Otros consejos

Es recomendable descansar cómodamente después de comer y cenar durante media hora. Dedicar al menos unos 10-15 minutos diarios a la “relajación” (escuchar música, leer...)

La mayoría de los enfermos con IC pueden mantener relaciones sexuales una vez que los síntomas estén bajo control.

Signos de alarma. ¿ Cómo puedo saber si estoy iniciando una descompensación de la IC?

Los signos de alarma indican una posible descompensación de la IC. El hecho de que el paciente y la familia los reconozcan ayuda a actuar precozmente, y en muchas ocasiones, a evitar ingresos hospitalarios. Si aparecen, es importante contactar con el personal sanitario.

  • Aumento brusco de peso (por ejemplo, más de 2-3 kg en una semana). Por ello, debe acostumbrarse a pesarse cada día o regularmente, por la mañana, antes de desayunar y después de haber ido al lavabo.

  • Disnea (falta de aire, sensación de ahogo) de aparición en reposo, es decir, no relacionada con el esfuerzo.

  • Aparición de edemas (hinchazón) en los pies, tobillos o piernas.

  • Hinchazón abdominal o dolor abdominal.

  • Problemas con el descanso nocturno (dificultad para dormir, disnea nocturna).

  • Tos seca persistente. Tos al acostarse. Disnea (ahogo) al acostarse.

  • Perdida de apetito

  • Aumento de la fatiga o sensación continua de cansancio.

  • Disminución de micciones y de la cantidad de orina diurnas; micciones nocturnas más abundantes.

Recomendaciones generales para pacientes con Insuficiencia Cardíaca

  • Seguir una dieta pobre en sal, en función de la prescripción facultativa.

  • No fumar y no beber bebidas alcohólicas.

  • Intentar mantener un peso cercano a su peso ideal según estatura y constitución. Procurar perder peso en caso de obesidad.

  • Pesarse cada mañana, en la misma báscula, después de hacer la primera micción y antes de desayunar. Si gana 2-3 Kg de peso en una semana o menos, contactar con el médico o la enfermero/a.

  • Si su médico se lo ha aconsejado, puede augmentar la dosis de diurético en función del peso o de la presencia de edemas.

  • Tomarse la tensión arterial 1 o 2 veces por semana, o más a menudo si lo indica su médico.

  • Tomar toda la medicación según la hoja de prescripción médica. Ante cualquier duda contactar con el personal sanitario.

  • Limitar la cantidad líquidos a 1,5 – 2 litros al día. Salvo distinta prescripción médica. Evitar las bebidas gaseosas.

  • Reposar un rato durante el día, sobre todo después de la comida

  • Hacer ejercicio regularmente, sea pasear o cualquier otro tipo de actividad física. Evitar, de todas formas, aquellos esfuerzos que le produzcan ahogo o fatiga.

  • Descansar a ratos con las piernas en alto, para favorecer el retorno venoso.

  • Vacunarse de la gripe todos los años y, cuando sea necesario según prescripción facultativa, de la neumonía.

  • En caso de duda, o de aparición de cualquier signo o síntoma de empeoramiento, ponerse en contacto con el médico o la enfermero/a.